La cantante Katy Perry viene
de una familia con mucha ortodoxia cristiana y eso marcó siempre su vida y su
carrera. De allí que su hit "I Kissed a Girl" haya generado tanta
controversia teniendo en cuenta sus raíces. Siguiendo esta línea, en una
entrevista reciente la cantante declaró que de chica iba a shows de Madonna y
Marilyn Manson, pero no precisamente para disfrutar de su música.
"En mi familia,
sabíamos de la existencia de Madonna y de Marilyn Manson porque íbamos a sus
conciertos a boicotearlos", explicó la cantante de 32 años en un reportaje
para la revista Vogue. "En mi casa íbamos a la iglesia los domingos por la
mañana, los domingos por la noche, los miércoles... No se celebraba Halloween y
los regalos de Navidad nos los traía Jesús", remarcó. "Esa fue toda
mi infancia, mi adolescencia y primeros años de juventud. A día de hoy todavía
sigo desprendiéndome de esas capas que me condicionaron en aquella etapa".
Y agregó: "No se me
permitía hablar con personas gays y había cierto componente de racismo. Mi
verdadera educación comenzó a los 20 años y aún me queda mucho por
aprender". Lo que realmente le cambió la forma de pensar fue haber
escuchado "I Want to Break Free" de Queen: "Nunca antes había
escuchado una explicación tan imaginativa de cómo vivir la vida. Ese fue mi
primer contacto con ese mundo y me encantó. Me sentí libre y aceptada."
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